Llegado el invierno, es ya época de frío, nieve y chocolate calentito. Esto se lo saben muy bien en una de las zonas que más frío se puede pasar en esta época del año, centro europa, sobre todo si os dirigís a la capital de un país como la República Checa, Praga.
Pero no todo es sufrimiento, puesto que es en esta época del año cuando se puede ver esta ciudad en todo su esplendor. Con la llegada del buen tiempo, es una ciudad que enamora a cualquiera que la visita, puesto que día es espectacular, y de noche es totalmente mágica.
Pero donde alcanza todo su esplendor es en invierno, especialmente en navidad, ya que la ciudad se transforma y se vuelve loca decorando todos los rincones existentes para conseguir recrear uno de los escenarios más magníficos que se pueden ver en esta época del año. En algunos de estos puntos de la ciudad casi consiguen hacernos creer que hemos retrocedido en el tiempo cientos de años atrás.
Cuatro fines de semana antes de navidad se instalan por toda la ciudad los mercadillos de navidad, donde podéis comprar todo tipo de comida y bebida típica de la región checa, así como todo tipo de artículos de regalo (cristal de bohemia, juguetes, tazas, bufandas, etc…), permaneciendo instalados hasta primeros de enero. Estos mercadillos están compuestos de pequeños “chalets” de madera donde cada vendedor oferta sus existencias.
Es estas zonas donde se encuentran los mejores alojamientos debido a su estratégica localización. Eso si, también son los más caros, aunque con un poco de suerte y si buscáis bien, seguro que encontráis hoteles baratos en Praga donde alojaros y disfrutar así de este mágico lugar.
Igual no tenéis pensado comprar nada, pero daros una vuelta sólo para ver la decoración, especialmente en la Plaza de la Ciudad Vieja, donde ponen el árbol de navidad que dicen que lleva consigo 100.000 bombillas, un espectáculo digno de contemplar, sobre todo porque de telón de fondo se encuentra la Iglesia de Tyn, ofreciendo en su conjunto una de las mejores vistas que vais a poder ver nunca. Allí mismo es donde vais a encontrar una buena representación de un belén, como corresponde a esta época del año.
Eso si, no os olvidéis llevar ropa de abrigo, porque las temperaturas en esta época bajan de cero grados y seguro que encontraréis la mayor parte de la ciudad nevada, pero es esto lo que le da un aspecto mágico a la ciudad. Eso si, cuidado al cruzar la ciudad de un lado a otro a través del Puente de Carlos, que más de uno se ha ido al suelo debido a la nieve o al hielo.
Como seguro que os han quedado ganas de conocer más sobre viajar a Praga, aquí tenéis una buena referencia, es una guía de Praga en castellano con un montón de información para hacer que vuestra visita sea mucho más sencilla.
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