El Pozo de Darvaza, Darvaza, Turkmenistán.

El pozo de Darvaza o más conocido como La Puerta del Infierno, situado en el desierto de Karakum, en la aldea de Darvaza, es uno de los escenarios más apocalípticos del plantea. Con unos 60 metros de diámetros y sus 20 metros de profundidad, este cráter ardiente no es un producto de la actividad volcánica ni de la caida de un meteorito, sino de una propescción de gás de geólogos soviéticos, que se vieron tragados juntos con sus equipos por la tierra. En realidad descrubieron una cueva subterránea llena de gas natural como comprobaron luego de prenderle fuego y desde entonce arde sin pausa. Nadié se atrevía a descender para recoger los valiosos equipos y entonces prendieron fuego para derretirlos. El efecto no fue el esperado porque no sabían el verdadero potencial de esos gases y lo que esperaban se apagara en semana lleva ardiendo desde los principios de los setenta.

A plena luz del día, Darvaza parece un desierto de película, pero al llegar las noches aparecen unas imagénes espectaculares. Ese gás que aún alberga, arde de forma insesante, tanto que parece no tener fin y por lo visto tiene cierto magnetismos sobre los insectos, ya que no paran de arrolarse a las llamas. Parece un enorme crater de un volcán, de ahi su nombre de Puerta del Infierno. Se piensa que seguirán apareciendo más pozos como estos cuando se reanime el interés por la reserva del gas.